miércoles, 23 de noviembre de 2011

A suerte de Paloma.




La paloma ha olvidado su esencial forma de vida.
La paloma sujeta a esta infernal tierra, atada y aprisionada; en su angustia y absorta en esta, no sabe siquiera que cayó del cielo.
Parece ser una solución desprenderse del cuerpo. Y para ello, al menos al alcanze de su entendimiento la única vía es la muerte.
Pero aún así el desconcierto y la duda no le garantizan dicha suerte, por eso es que la Paloma tiene que recordar en vida, para reconocerse y conocerse a sí misma.
El alma aunada al cuerpo puede lograrlo solamente mediante la reminiscencia, pues esta será la clave que le impulse a emprender su Gran Vuelo.



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