martes, 17 de abril de 2012

YO SOY - YOLLOTL

Y entonces me pregunté que sería de nosotros navegando en medio del Cosmos
Aparcando en paraísos lejanos, en horizontes extraños y maravillas nuevas.
¿Acaso le fallaríamos a ese otro mundo? O ya tendríamos suficiente con esta lección
Nos veo entre nebulosas, astros y lluvias de estrellas.
Nuestro corazón late con tal fuerza que el resonar se confunde con el canto de los dioses, música de la Creación.
Arcoiris galáctico.
Observo la Vía Láctea desde fuera.
Que inevitable sentir esta nostalgia por ti Madre, mi querida Tierra.
Despegué de tus raíces, de tus mares, de ese aire tan fresco y solo tuyo.
Llenando de Sustancia y Vida todo mi ser.
Gaia, nunca te olvido, vaya a donde vaya tú estás conmigo.
Aquellas tus aves enseñándome cada día que yo también pude emprender el vuelo.
Aquellas tus flores mostrándome toda la gracia, la belleza.
Comprimida, en ti y en mi.
Y vamos todos navegando con el Universo,
vamos todos a la la deriva pero gozando, conociendo solamente lo esencial.
Porque mi existencia cruzó un punto sin retorno.
Cruzó el umbral; el puente de nunca jamás.
Vistiose el Tiempo de seda para liberarme, y así ya jamás condenarme.
Y este vacío disfrazado de espacio, lo circundo, lo admiro.
Me asombro y parece todo como si fuera un sueño.
Pero todo esto ya es mío.
Pues mis impresiones hablan y la evidencia Es ante mis ojos.
No obstante, a ti Tierra te pienso y te extraño.
Quisiera una vez más recostarme en tu compasivo cesped y así saborear nuevamente la plenitud,
cual ser humano recién nacido, tan protegido en el seno de su madre.
Tomar de ti las piedras y vibrar tan fuerte que ningún obstáculo me detenga.
Beber de tu fuente, de tus ríos, de tus lagos.
Jugar contigo y con las nubes.
Enseñarles a todos ellos que hicimos mal,
que nos equivocamos.
Que no supimos y que ahora lo sentimos.
Porque como hijos desprendidos de su Aurora
nos duele esta soledad
este sin-hogar.
Sólo la aventura sopesa la gigantesca duda.
¿A dónde vamos? ¿Qué nos espera?
No lo sabemos.
Unidos nos protegemos, nos consolamos.
Esperanzados
Sin ello, este viaje habría terminado muchos siglos atrás.
Contigo Madre.
Contigo, cuando revestida fuiste de verde con plantas y un azul-agua.
Contigo Madre, cuando las hadas rondaban tu ser.
Pero te fuimos despreciando, como viles egoístas inventamos la guerra y la alimentamos mientras tú te ibas marchitando.
Nos importó solo el poder.
Ni el imponente Sol nos pudo curar
Nos salvamos gracias a Él, por supuesto está;
por todo aquel su manantial bañándonos en luz.
Más te perdimos a ti también oh Padre.
Y cuando en este transitar veo la voluptuosidad de las estrellas,
me emociono tanto que quisiera verte junto a ellas.
Tan magníficas, tan perfectas, danzando al ritmo de la ascención,
Yo te ofrendo mi Ser siempre;
porque tú como Ella, son siempre mi meta.
Camino a la Meta.
Camino al Amor.
Camino a la morada que este corazón tan viejo pero tan puro, añora alcanzar.
Sin retroceso pero girando.
En movimiento y con paz
En armonía y en melodía
En esta nuestra canción que siempre nos deleita con su palpitar.
Música y Vida
Mi Ser extasiado recuerda el Principio
feliz,
entusiasmado,
mezcla de melancolía y alegría.
Amor
sólo tu nos guías en el eterno avanzar.
Y el silbido de los pájaros que siempre me acompaña.
El dulce olor a gardenias que nunca más volveré a presenciar.
La mirada dulce de aquel hombre evocando tanta dicha y generosidad.
El vuelo de las mariposas, siempre en mí y sin estar. Consciencia.
En su vuelo y sus colores comprendí la transmutación.
Yo soy evolución.
Yo soy tú.
Yo Soy.

domingo, 8 de abril de 2012

Catrina

Ahí, recostada,
tan pensativa que no te atreverías a interrumpirla.
¿Es la forma o su ser quién responde a esa belleza?
El negro flameante que como terciopelo enigmatiza todo su cuerpo.
Ese pecho hinchado y blanco.
Es Catrina.
Su orgullo y su fuerza tan a simple vista, te obligan a concederle no menos que una reverencia.
Una mirada tan penetrante que temes no estar a su altura.
Vino de la calle, seguro que muchas dificultades antes pasó.
No sé si acaso es ese pelaje catrín que la hace tan dinstintiva, tan especial.
Pues no desmerece junto a ninguna, por más fina que esta otra sea.
Catrina.
Un día llegó a mi casa.
Se posó en aquel jardín y mi madre un tazón de leche le brindó.
Desde aquel momento ella regresó todas las noches.
Bebía un poco, se dirigía a donde estaba su alimento y nos observaba.
 Y antes de poder acariciarla, huía.
Sin embargo, todas las noches ahí regresaba,
hasta que un día ya nunca más se fue y se quedó
.....
Sigue aquí, tan femenina.
Sigue aquí a mi lado, añorando.
Con una barriga enorme y a punto de dar a luz.
Su enamorado que tantas veces por ella luchó,
frente a mi se encuentra y ya salta la ventana para acercarse una vez más.
Él la conquistó.
Ella, que siempre había sido tan uraña todas las noches ahora le espera.
A veces él ya no está con ella, sale a la calle y en ocasiones solo viene a comer.
Pero ella se emociona, le observa.
Nunca ella lo busca, es orgullosa.
Muy enamorada de él, pero orgullosa.
Y para mí eso denota más de su belleza.
Con ese semblante de madre y de fiera.
Digna de sí, que lo ama y en su vientre guarda su fruto.
Pero ella no recibe limosnas de nadie.
Aunque es hoy desde hace meses, el primer día que de mí demanda caricias y me ha permitido jugar un tiempecito con ella.
Adivino ya todo su Ser.
No me atrevo a irrumpir su espacio, solo espero que concienta en mi compasión; de mi agrado y amor por ella.
Catrina.
Presencia de la Naturaleza.
Soberana de tí misma, tú nombre honra tu belleza.
Tú paciencia ennoblece aún más tu dignidad.
A punto de ser madre y ahí quieta como estás,
el milagro recreándose dentro de ti.
Mientras yo escribo y tú padeces
          mientras yo te inmortalizo,
          tú mortalizas a tus hijos.
Catrina:
todo la grandeza que veo en ti es suficiente para sublimar la magnificencia y gracia de la vida.