lunes, 7 de mayo de 2012

Al compás de una tragedia






¿Qué si será el mañana? Hoy por hoy son ellas las moiras de mi vida.
La penumbra, el pasado, vacío el espacio. 
Y se expande el infinito.
No existe mi reflejo, pues me ha usurpado ella. 
Y en las calles ya no veo a nadie por ningún lado.
Sed, cansancio, una línea curva y sin luz. Se precipita, la salida en un salón sin lados.
Sus ojos mi condena, su palabra una prisión.
¿Ha tratado de fingir él una vez más?
Pero sin cordura no hay respuesta, sin juicio no hay razón.
Ilusión me has humillado. El destino se esfumó.
Invento mis designios: finjo saber y no sé.
Simplemente me deslizo ¿qué otra cosa puedo hacer?
No te miro hoy con amor, te miro hoy con rabia, con todo este dolor.
¿podrías tú acaso con toda esta pasión?
Huirías antes de aceptarlo; escaparías sin querer.
Pues esto mismo que te ha traído un día a mi lado, ello mismo te ha empujado.
Ahórrate pues las explicaciones, ahórrate las falsas consideraciones,
que el precio ha sido alto.
Que ya he cobrado los daños del ayer, y los del mañana quizás también.
Por eso es hoy la noche 
al compás de una tragedia,
 una historia que hoy llega a su fin.