domingo, 17 de febrero de 2013

MAGIA LA NOCHE


Cuando pronuncia tu nombre, un estallido del ser. La nada dejó de ser nada.
Ella que ha tirado las cortinas, que ha inventado los sonidos, resistido y evocado la poesía, su filosofía rechazada; y es ella la mar, la resonancia.
Murmullos..
que acaso te persiguen, te atosigan.
Una infinitud limitada, lucha no conquistada.
Y la brisa posada en tu rostro, esclareciendo telarañas en noches de rutina; un latir asfixiado, monótono, ha finalizado.

Mas, realidad que acaeces, ¿quién eres? Ahí tú y ella no pertenecen.
Velos desterrados que dan lugar a la sustancia, fusión sagrada sellada en acción engendrada.
Karma.

El pasado ha cesado, no más causa y efecto; puro elemento.
Que un instante aconciencia despide el brillo de una entidad conformada en comunión.
Ensamblaje absoluto que se intimida ante una razón que ha sido por todos sobrestimada.
Y él, un equilibrio inconsciente de sí, temeroso de sí; locura, si, que aterra, excita, libera.

Oleaje sigues tu marcha, a veces espeso, denso y furioso; y otras veces en calma, profundo; clamas la manifestación venusiana de la creación.
No obstante han de ser ellos en la ambición de sí, con flores, entre espinas y pasiones. Lazos universos.
Y son tan ellos que la implosión ya no puede no ser nada.. polaridades cesando una a la otra en efusión.

Danzas y él canta.

Magia la noche, sobrepasas egos de almas que ya antes se invocaban.
Disonancias, más el eco, no ha de atreverse a pronunciarse en una Roma construida con piedras en las puertas del ayer. 
Ello lo ha intuido el cosmos.
Un símbolo.. amor.




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