viernes, 31 de diciembre de 2010

REFLEXIÓN

...Tal vez lo fué y no quise verlo, el día advirtiendo y yo cerrando los ojos ante ello. Ahí, frente a mi e ignorando todo alrededor, concentrada en un torbellino de pensamientos que simplemente obstaculizaron el poder de mi corazón..

   ¡Deja de sambullirte en la oscuridad de tu ser!, deja de hablar con personajes que no existen en realidad, levanta la cara al cielo, no mires más el suelo, sabes que debes confiar.

  Grande es en verdad la fortuna de existir hoy, en el ahora y no en el ayer, vive en paz, que la paz está ahí esperando por todos y por todo.. Más dudo y no es malo dudar;  no encuentro satisfacción en la conformidad; pero si esta rebaza el poder del corazón, en nada ayuda.

   Gracias amiga por esa dulce y esperanzadora llamada. Gracias seres que colman de dicha e iluminan mi alma. Seres que amo con toda mi ser.
 
  El Amor, por siempre mi mayor reto, por siempre mi talón de aquiles y aun no aprendo. La razón, la filosofía de mi vida, la sabiduría que encierra la vida, para mí el Amor, centro, principio y fin del Universo. No es sufrimiento, lo sé, rebaza todas aquellas expectativas que quedan simplemente en lo humano, y no por subestimar lo humano, simplemente como una sugerencia del errar humano.

   Sublimo la belleza y quíén no lo hace, más la Belleza que es virtuosa y no engaña. Sin embargo, siento desprenderme hoy de ella, ¿qué ocurre?, ¿qué me sucede?, este huracán de pensamientos negativos queriendo someter a mi alma. No quiero pero la histeria me ciega: ¡Abre los ojos!, no te limites a lo vanal que el mundo encierra, sólo porque sigues en esta tortura que es la espera, espera que torturas mi corazón y yo no lo atiendo debidamente con la razón..   Esperando, ¿y a caso llegará?... me has dicho que confíe y sólo porque pocas personas como tú me sacuden de tal manera estoy dispuesta a confiar....  

   Es el último día del año dos mil diez, el aire rozando mi cuerpo, agitados los dos, el aire y mi cuerpo, también mi razón, mi corazón, mi alma, todos estamos agitados VIVIENDO. Último día del año, el clima como un regalo. Las montañas asomadas a mi ventana, esas que amo desde mi infancia, esas que me enseñaron la luz cuando vertía lágrimas mi pecho enardecido. El cielo: azul, limpio, puro, todo para mi y continúo dudando de tu amor. Más, confiaré como ya lo he dicho antes, confiaré y seguiré sedienta de ti hasta que la cobardía sea acallada por el Cosmos bendito que nos regala tiempo.

   Treinta y uno de Diciembre del dos mil diez, no de en valde escribo hoy para darme cuenta que lo tengo todo, que no necesito nada más, que amo y soy amada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario