viernes, 28 de septiembre de 2012

Muñecas de trapo


Les dicen muñecas de trapo.
Las llaman y luego entre espinas las arañan.
Sus ojos que una vez brillaron, son resagados entre alharidos, entre olvido.
Sus cabellos que antes gentilmente fueron trenzados, son ahora peor que estambre quemado.
Pero sus mejillas no desisten,
sonrojaditas siguen las muñecas de trapo.
Sonriendo tristemente, manchado su rostro, alegres esperando.
Por unas manos, por un azar desinteresado.
Jugar y seguir siempre jugando.



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