domingo, 12 de febrero de 2012

Caballero que huyes





Levantose después de otra frágil noche envuelta en sueños
Levantose así entre el jardín marchito que escondía su casa, blanca, cubriendo la oscuridad de sus pensamientos
Levantose y jugose así con los colores y con las canciones, para olvidar.
Olvidar que había creído una vez más, para guardar de nuevo su corazoncito en aquel diminuto y secreto baúl.
Cerróselo así con llave, le puso un candado y miró la estela de la noche frente a sí.
Le proclamó sus deseos, vertieron lágrimas las nubes y no asomose la luna ni un instante más.
"Corazones benditos, corazones marchitos".
Humanos sentimientos abrumados de lo humano, se abandonan fatigados, fastidiados... olvidados: ¡y se dicen humanistas!.
Así se levantó ella de nuevo, jurose no volver a jugar con ello, muy madura; pues, la astuta infantilería de nuevo el pelo le tomó.
Levantose y ante la oscuridad y la gris estampa del cielo, regó sus plantas, sembró la semilla del anhelo; esperando sin esperar a aquel caballero de mil antifaces, a aquel caballero que parece huir siempre una vez más.


No hay comentarios:

Publicar un comentario