Levantose después de otra frágil noche envuelta en sueños
Levantose así entre el jardín marchito que escondía su casa, blanca, cubriendo la oscuridad de sus pensamientos
Levantose y jugose así con los colores y con las canciones, para olvidar.
Olvidar que había creído una vez más, para guardar de nuevo su corazoncito en aquel diminuto y secreto baúl.
Cerróselo así con llave, le puso un candado y miró la estela de la noche frente a sí.
Le proclamó sus deseos, vertieron lágrimas las nubes y no asomose la luna ni un instante más.
"Corazones benditos, corazones marchitos".
Humanos sentimientos abrumados de lo humano, se abandonan fatigados, fastidiados... olvidados: ¡y se dicen humanistas!.
Así se levantó ella de nuevo, jurose no volver a jugar con ello, muy madura; pues, la astuta infantilería de nuevo el pelo le tomó.
Levantose y ante la oscuridad y la gris estampa del cielo, regó sus plantas, sembró la semilla del anhelo; esperando sin esperar a aquel caballero de mil antifaces, a aquel caballero que parece huir siempre una vez más.
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