Escuché atentamente lo que trataba de explicar, cierta nostalgia inundaba ya la habitación. Es verdad que le quiero, no solo eso, ¡lo respeto!, es mi padre.. Son tantos años ya y aún siento miedo, el mismo que me inundaba a esa edad, siendo solo una niña. Recuerdo las imágenes y la música que tan gravemente a la muerte me recordaba y me hacía temblar.
Y hoy vienes con esas palabras, aquel recuerdo que he tratado de borrar, gris ...siempre gris, tal vez negro ahora que existe mayor posibilidad. Pero hoy no hablo de mi, hablo de ti; de esa mirada insegura, un tanto cansada y, sin embargo, la misma. La que necesito, la de mi padre con unos años más, con penas mas grandes, alegrías, también más. Y te escucho, te miro atenta.. te respeto y te admiro: que se frene el tiempo, !que siempre sea yo su hija, que sea siempre él mi padre!. Que se pare el tiempo, que no avanze, ¡que nada me lo arrebate!. Porque hoy tengo mas miedo, porque lo quiero.
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