La noche detuvo su viaje perdurable
Invocó mi nombre,
viento fugaz,
sobre tu piel.
La luna tocó nuestro silencio.
Y en la fronda del abrazo itinerante
soñó mis labios germinando entre tus piernas.
Quizás escribió una letra sideral
en tu ombligo, tu espalda, tu cintura.
Por qué no recordar aquella luna.
Fue la sublime exaltación,
tu desnudez inmaculada.
Etérea
Frágil
Infinita
Beber la cristalina evocación
en tus pechos, tus caderas.
Lamer toda tu historia
en el himen de una portuaria adoración.
La luna son mis manos
luz y sombra, una caricia.
Punto de fuga
En el mar y el cielo de tu sexo.
Penetrando tu quietud y tu nostalgia
penetrarte
cuando un noctámbulo fulgor escribe
que la eternidad es tu misterio.
Iván Ríos Gascón
Gracias por inscribirte como seguidora en mi blog, he checado el tuyo e igual me parece excelente!!!
ResponderEliminarSaludos Estefanía.
Sergio García